sábado, 23 de mayo de 2009

Juan Daniel, Jazz y vampiros ... todo en 1er piso

Vampiros... si buscas en una enciclopedia el término vampiro, lo más probable es que encuentre que son criaturas diabólicas sumamente crueles, asesinas bebedoras de sangre, totalmente obscuras,etc , etc... En pocas palabras DESPIADADAS. Pues dejame decirte que en ese caso, creo que deberías de actualizar tus fuentes de información ya que son erroneas en su totalidad. Es más, tan equivocado está el concepto acerca de nosotros que te sorprenderías de lo normales que podemos llegar a ser, claro, sin contar el hecho de que somos inmortales y bebemos sangre. dormimos, salimos a bares, reimos, lloramos y amamos como cualquier persona. No todos visten de negro y duermen en sarcófagos y asesinan a todo aquel que se les cruze, NOOOO! al contrario, porfavor!! Estamos en el 2009!! todo eso se quedó en el siglo XVIII. Aparte, quién querría dormir en un pequeño e incomodo ataud, pudiendo tener un enorme y comodísimo colchon King Size con sábanas de hilo egipcios, y por favor, eso de "asesinar a todo aquel que se nos cruze" ... Dios mio... Teniendo "bancos de Sangre" , creanme, asesinar y mancharte de sangre todo tu outfit para salir es algo sumamente molesto e inecesario.

Ahora como la gente, hay varios tipos de vampiros, toda una plétora de especímenes bebedores de sangre, aunque cabe mencionar que la mayoría se ha ido por el lado del arte, llámese música, pintura, etc. Y curiosamente anoche me encontré con uno de los míos en uno de mis bares favoritos: 1er piso. Este lugar se localiza por enrique Diaz de León y vallarta, a espaldas del edificio de la U de G. Se caracteriza por su decorado exquisito y su deliciosísima música (ya sea jazz o blues) que tocan en vivo. Yo estaba parada al frente del escenario con mis amigos mortales disfrutando de mis interpretes favoritos de los viernes. Un bloody mary en la mano izquierda, mi celular en la derecha y ojos clávados en el escenario. Todo marchaba de lo más normal en el bar. Los músicos tocaban las mismas canciones, los meseros servían tragos por doquier, en fin, nada había cambiado y al momento de darle la espalda a los músicos, un potente y delicado sonido engatuzó mis sentidos haciendome girar inmediatamente hacia el. En ese instante, me rodeó un sentimiento de nostalgia. estaba siendo transportada a aquellos años donde todavía se podía ver gente caminando por la calle con sus zapatillas y sus pelucas altas blanquecinas, cuando todavía el ser duque o Aristócrata era de lo más normal. Era un violín, y más sorprendente resultó ser el dueño de este. Estatura media, ojos negros como el mismo manto nocturno, tez blanca como la nieve y un cabello negro brillante y largo como lo solían traer los jóvenes en las cortes. Definitivamente tenía que ser uno de los míos. No podía pensar claro, los sonidos que creaba con su violín eran tan hipnóticamente envolventes que hasta a mí me costó liberarme de aquel hechizo. Durante los siguientes minutos solo me dediqué a pensar en su naturaleza y su envolvente música, y entonces volteó la mirada hacia mí. No podía estar más en lo correcto, sus ojos me lo dijeron todo. Era otra criatura de la noche; y los dos sabíamos que pertenecíamos al mismo exclusivo club de inmortales.
Bastó una mirada y una sonrisa para saber que las últimas 2 melodías iban dirigidas especialmente a mí como gesto de amabilidad.
Jamás nos dirigimos la palabra, pero a pesar de eso es reconfortante tener en cuenta el hecho de saber que no soy la única bebedora de sangre en la ciudad.

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