romance entre una dama y un ave

de vainilla eran sus besos.
de terciopelo eran sus alas
y sus ojos profundos como aguas
en los cuales yo nadaba.

me perdi en sus movimientos,
hechizada por sus dedos,
cuales plumas al contacto
en mi piel dejaban rastro.

enajenada con su mirar ,
e hipnotizada por su cantar
mi dulce ave tan pronto como vino
en vuelo se echo a andar.

De atardecer se teñían sus plumas
cuando mi querido partía,
y entre nubes y recuerdos
con algo mío se quedaría.
Algo de café, algo de canela
endulzado con miel y un par de labios de seda.

las nubes le acariciaban al vuelo,
mientras la brisa jugaba con sus cabellos.
Tan libre, tan sereno,
tan hermoso o más que eso.
Y con algo mío se quedaba
aquel caballero de las alas atercipeladas.
Algo de café, algo de canela
endulzado con miel y un par de labios de seda.

El era mensajero de la tentación,
"un caballero emplumado";
llevando por delante la pasión por estandarte.
2 corazones y un ave cantor;
una dama enamorada
y un triste y amargo adiós.