-Cierto- volvì a sonreir y cambié el tema. Creo que tus amigo se enojaron conmigo por haberte raptado.
-Sobrevivirán.
-Aunque es posible que no quiera liberarte- dije con un brillo pícaro en los ojos.
Tragó saliva y me reí.
-No- Respondió, pero su voz se quebró de forma ridícula-. Mas bien sorprendido. ¿A qué se debe este cambio?
-Ya te lo dije. Me harté de permanecer lejos de ti, así que ME RENDÍ.
Seguí sonriendo, más mis ojos estaban serios.
-¿Te rendiste?- repitió confuso.
-Si, ya dejé de intentar ser buena. Ahora voy a hacer lo que quiero, y que pase lo que tenga que pasar. Mi sonrisa se desvaneció mientras intentabla explicarme.
-Me perdí de nuevo.
Mi sonrisa reapareció.
-Siempre digo demasiado cuando hablo CONTIGO, ése es uno de los problemas.
-No te preocupes... No me entero de nada - me respondió Secamente.
-Cuento con ello.
-Ya. En cristiano, ¿ahora somos AMIGOS?
-Amigos...-medité dubitativamente.
-O no - musitó
Esboze una amplia sonrisa. -Bueno, supongo que podemos intentarlo, pero ahora prevengo que no voy a ser una buena amiga para ti.
El aviso oculto detrás de mi sonrisa era real.
-Lo repites un montón-Recalcó al tiempo que intentaba ocultar el repentino temblor de su vientre y mantenía serena la voz.
-Si, porque no me escuchas. Sigo esperando que me creas. Si eres listo, me evitarás.
-ME parece que tú también te has formado tu propia opinión sobre mi mente preclara.
Entrecerró los ojos y yo sonreñi disculpandome.
-En ese caso- se esforzó por resumir aquel confuso intercambo de frases-, hasta qye yo sea lito... ¿Vamos a intentar ser amigos?
- Eso parece casi exacto.
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