tu cuello se volvió tan seco como un desierto,
de tus venas no emanaba la escencia que me mantiene despierta.
Tus ojos perdieron el brillo, y tu voz dejó de vestirse de terciopelo.
tu piel cálida no resultaba espectacular y tu aroma no me enloquecía.
70 días de hechizo que te rodeaban, ahora se disolvían en gotas por mi antiguo santuario, tu piel.. .
domingo, 7 de diciembre de 2008
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